No hace mucho, un amigo sufrió un grave accidente de trafico, y su situación me hizo pensar en la mía hace ya nueve años.
Mi amigo sigue vivo de milagro, eso puede pensar todo el mundo si vieran en que estado quedó el camión en el que viajaba, no le daban esperanzas de caminar, pero lo conseguirá , gracias a la medicina y gracias a su fuerza de voluntad, en su constante trabajo….
OS cuento todo esto , porque aunque sea por motivos diferentes, yo no tenia esperanzas, me vi pasando el resto de mi vida en una cama, y gracias al trabajo y el esfuerzo de mi familia y el mio propio, conseguí volver a caminar, a volver a tener ilusiones.
Pero ¿ cual es el problema? Que las cosas se olvidan, que lo que te motivaba antes, ahora no tiene sentido, pero lo que se acaba perdiendo verdaderamente, es el valor de las cosas.
Al principio, cuando logre volver a caminar, el aprender a coger un lápiz y aprender de nuevo a escribir, etc, cada avance me hacia muy feliz. Sin embargo ahora, todos mis logros, ya forman parte de mi, y no les doy el valor que se merecen, no se aprecian ni se tiene la misma percepción de las cosas. Es una pena porque seria un paso mas a la felicidad, estar agradecidos de lo que se tiene. En mi caso no debería olvidar todo mi esfuerzo, todo mi trabajo, y ser feliz con lo que tengo, pero el ser humano, y voy a generalizar, porque quien no lo ha hecho alguna vez , siempre deseamos mas, nunca estamos contentos con lo que tenemos , ni a quienes tenemos, se valora en ese momento y poco mas.
A veces, cuando me siento infeliz por lo que no tengo, me gusta mirar las fotos que siempre llevo en mi teléfono móvil, de como me veía cuando estaba encamada , o en la silla de ruedas, para y lo hago por tomar conciencia, de que el simple hecho de caminar, es motivo de felicidad, el no tener que depender de otra persona, es motivo de felicidad, el escribir, es motivo de felicidad, todo, es motivo de felicidad. Pero los seres humanos en algún momento de nuestras vidas actuamos de forma egoísta, y nuestra ambicion se hace infinita, , queremos mas, no estamos contentos, no apreciamos las cosas pequeñas de las cosas, para quienes pueden caminar , seguro que nunca han pensado, ¡que feliz soy, por caminar! Pregunten a una persona que va en silla de ruedas, la felicidad que eso le causaría. Siempre se suele apreciar el valor de las cosas cuando las perdemos, porque antes de perderlas no echamos cuentas ni de que estaba ahí.
Hablo continuamente de cosas, pero también es aplicable a las personas. En el caso de las parejas, al principio, nos deshacemos en complacer, sorprender, alagar,… pero con el paso de los años, vamos dejando aparcadas todas esas facetas de nuestra personalidad, ya no se esfuerza uno lo mismo, supongo que , porque cuando una pareja se consolida, la adoptamos un poco de nuestra propiedad, como si ya no hicieran falta las atenciones, porque esa otra persona ya no se va a ir de nuestro lado. Y no, cuanto mas pasa el tiempo, y la gente se va acomodando a la rutina, surgen otros sentimientos, que pueden hacer romper esa pareja, porque surge la rutina, como dije antes, la decepción, la pregunta de que, si le importamos a la otra persona, porque ya no demostramos interés, es todo monotonía. Muchas rupturas son a causa de todo esto, por no valorar, a quien tenemos a nuestro lado.
Señoras y señores, el amor hay que alimentarlo cada día, y hablo del amor en general, el amor a los padres, a las parejas, a las amistades.. No vayamos a dar las cosas por hecho, tengamos atenciones, tampoco cuesta tanto, porque cuando hablo de atenciones, no hablo de cosas materiales, hablo de un abrazo, de un beso, … hablo de todas esas pequeñas cosas que llenan nuestra alma cuando las recibimos de otras personas.
Mi conclusión es que deberíamos reflexionar, y pensar en todo lo que tenemos y no hacemos cuenta de ello, y ser agradecidos por tenerlo, y lo mas importante, no olvidarlo.
Agradecer, que se tiene un techo donde refugiarse, comida que llevarnos a la boca, …
Porque muchas personas no tienen nada, somos afortunados, siempre hay algo por lo que agradecer, y ser felices, aunque en algunas etapas de nuestra vida no lo veamos asi.
